A ver si alguien, por ahí, que pasee por el world wide web, se anime a leer los balbuceos que, en momentos de extrañeza, me vienen como atollo a la boca, o a los dedos, en este caso jeje.
A ver si un alma dolorida o valiente, se digne a salir del muro y comience a leer estas líneas que, nada tienen de originales, pero que son sinceras hasta el hartazgo.
Hoy víctima del frío y de la ,ahora, inexistente lluvia... sentí el peso odioso del sentir exacerbado, ese sentir de todo, del grito, del susurro, del zumbido, del aleteo, el sentir de todo y el hastío de tanto y el anhelo latente de encontrarte entre todas las miradas vacías.
Caminar, con el frío quemándote el rostro, por calles enlodadas y un cielo aturdido de nubes cargadas de llanto. Hay que ver que ironía (...)
Y hoy, ya de noche, con el calor pegado a la muralla, con la leña crujiendo bajo el fuego y con el café cada vez más dulce, el sentir conitnúa y, peor aún, se sublima.
Y es que nada, nada... más allá de la misma nada ayuda a sosegar el extenuante sentir.
Y extrañar, sí, como nunca te extraño y ya no me da miedo decirlo, cada vez siento menos miedo, te extraño y siento el dolor de la distancia y de pronto duele más de lo que debería.
Y hace un año, cuando el viento azotaba, cuando la lluvia parecía romper el techo y cuando el frío calaba hasta el alma misma, llegaste para posar tu mano sobre mi corazón y llenarlo de calor.
Ansío verte pronto...
