7 de mayo de 2007

Una vez más... los obreros y la injusticia

Me es imposible estar al margen de lo que está sucediendo en la provincia de Arauco, principalmente porque me he criado aquí y me he formado. Siempre he visto, casi pasivamente, como la gente de nuestra provincia es dejada de lado y sólo sale adelante gracias al temple y a la sangre mapuche. Y no estoy muy segura de ese "sale adelante" porque como dice mi padre "aún estamos en la caverna"... me angustio, me deprimo, sufro, me doy ánimos y nuevamente decaigo; al parecer ese es el ritmo de vida que Arauco me ha proporcionado: una extraña sensación de conformismo y pasividad. A veces saco fuerzas y pienso en salir de acá y lograr cosas en otro lugar, en una ciudad más grande y con más oportunidades... después, otra vez, viene el decaimiento y el famoso círculo que no termina.
Los acontecimientos de los últimos días me han hecho reflexionar profundamente respecto de las condiciones laborales que tienen los trabajadores, específicamente en Bosques Arauco: los horarios interminables, los turnos descabellados, el salario menos que el mínimo, la calidad de vida de ellos y sus familias, el desgano, la impotencia, la supervivencia, etc. Enumerar todo ello quizá sea fácil, pero estar ahí o más o menos cerca hace que todo lo nombrado sea una mínima astilla del gran árbol.
Pero hay algo que me esperanza: el pueblo alzó la voz, y aunque suene contestataria, es así. Está comprobado que cuando el pueblo se une se logran cosas. Y de una vez por todas la provincia de Arauco envió un grito, no sólo al país sino al mundo... el fuego artificial propagado a toda la esfera mundial hace que las personas sepan que "Arauco existe" y que las personas que vivimos acá tenemos necesidades como todas, sueños, anhelos y ansias por superarnos y salir de una vez por todas del patio trasero.
Dentro de todo este conflicto hay un mártir, un joven trabajador que en la lucha por una mejor calidad de vida fue acribillado y junto con él toda una familia que lo esperaba cada vez que llegaba de su trabajo.
Hay que ver cómo se solucionan los problemas aquí, callando al más débil y engrandeciendo al poderoso. Estoy cierta de que si logramos hacer fuerzas seremos más y mejores que los dueños de esta larga y angosta faja de tierra.
Un abrazo a la gente que lo está pasando mal, me uno en la cruzada por trabajos más justos y más dignidad a las personas. Cada uno desde su lugar hace un aporte importante a la sociedad y al desarrollo (cada vez más lejano) de nuestro país.

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Bolsas, Carteras, Bolsos.. elegid fémina glam

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